domingo, 18 de junio de 2017

Antes novixs y amigxs, ahora hermanxs y amigxs


Hace unos años Sara tuvo que enfrentar una de las situaciones más difíciles de su corta vida: la separación de su papi y su mami. Si para nosotrxs era duro siendo personas adultas, evidentemente nos preocupaba muchísimo saber cuánto le afectaría a nuestra pequeña niña.

Aunque en una ruptura la responsabilidad es compartida y es un proceso doloroso, nuestras particulares circunstancias nos permitieron afrontar con madurez y cariño el hecho de que era mejor separarse y reformular nuestra relación convirtiéndola en amistad.

Por eso, cuando tomamos la decisión definitiva, acordamos hablar lxs dos con ella, manejar un mismo discurso e intentar hacerle sentir que las cosas no cambiarían drásticamente, pues continuaríamos siendo una familia, diferente pero siempre familia.

Sabíamos que teníamos cierta ventaja porque pese a los errores y al duelo que representa una separación, la nuestra fue cariñosa, con mucha comunicación, tratando de no hacernos daño y cuidándonos mutuamente, como lo plantea Coral Herrera Gómez en su artículo "Rupturas amorosas, separaciones cariñosas"*.

Ni antes ni después Sara presenció gritos o insultos, mucho menos violencia física, simplemente porque jamás existieron. Además, le habíamos mostrado a través de cuentos y películas que una separación no implica dejar de quererse y de cuidarse. Nosotras tres somos el mejor ejemplo de ello porque años después seguimos cuidándonos, queriéndonos y apoyándonos como familia.

También le habíamos enseñado que existen muchos tipos de familia: familias tradicionales (un papá, una mamá e hijxs), familias lesbomaternales (dos mamás e hijxs), familias homoparentales (dos papás e hijxs), familias de madres o padres solxs, familias sin hijxs, familias con hijxs adoptadxs, entre otras.

Pese a toda esa preparación, las preguntas cruciales seguían siendo, ¿cómo explicarle a una niña tan pequeña que su papi y su mami han decidido separarse y que ya no van a vivir juntxs?, ¿cómo mostrarle que "las separaciones cariñosas no son una utopía" y que "otras formas de separarse son posibles"?

Al hablar con ella le dejamos muy claro que continuaría siendo nuestra hija y nosotrxs su papi y su mami, que la seguiríamos queriendo, cuidando y apoyando muchísimo, y de forma incondicional, que continuaríamos siendo una familia y que mamá y yo ahora nos queríamos de otra manera.

No necesitamos decir mucho más para que ella reflexionara un momento y prácticamente nos interrumpiera para decirnos, literalmente, "o sea que ustedes antes eran novixs y amigxs, y ahora son hermanxs y amigxs". Sin duda alguna, la claridad de su razonamiento fue contundente. ¡Cuánto quisiera que todo el mundo lo entendiera como​ mi hija!

A partir de ahí iniciamos un proceso de adaptación a la nueva realidad que implicó decidir que en un primer momento ella se quedara "formalmente" conmigo para no sacarla de su ambiente en el hogar inicial y avanzamos​ en hacerle sentir que la nueva casa de mamá, una vez acondicionada, también era la suya. 

Desde un principio intentamos que, en el día a día, Sara viva con normalidad la experiencia de tener dos casas en las que pasa su niñez por igual, sin que sienta que una es más "su casa" que la otra.

Con el tiempo asumió como ventaja el hecho de tener dos casas, dos carros, dos espacios y la ampliación de la red de personas que podían quererla (las nuevas parejas de papá y mamá). Se portó de maravilla y se sintió feliz cuando le conté que había comenzado una nueva relación y la conoció y trató, y asumió con la misma madurez la ruptura pese a la pena que le provocó y que vio en mí a pesar de mis intentos de disimularlo. 

También debo señalar que se ha querido "aprovechar" de esa ventaja para decir que ahora tiene derecho a recibir dos regalos de cumpleaños, de navidad, de año nuevo y de reyes, uno de papá y uno de mamá, y no uno solo como sucedía antes cuando éramos pareja. En broma y en serio nos lo dijo para ver si colaba. Reconozco que conmigo lo logró 😊.

No puedo negar que hubo momentos en que nos cuestionó a su madre y a mí nuestra decisión de separarnos, y nos planteó que quería que estuviéramos juntas las tres nuevamente. Siempre la dejamos hablar, llorar, desahogarse y luego volvíamos con nuestros argumentos hasta que lo comprendía.

Una de las cuestiones fundamentales en este proceso fue intentar mantener regularmente nuestro espacio familiar, lo que implica salir con ella al cine, de viaje o a comer. Esto permite que Sara sienta que su familia sigue intacta pero de una forma diferente. Lamentablemente en nuestras sociedades esta situación se ve con recelo porque se sale de los moldes patriarcales que proscribe que una pareja separada pueda tratarse con cariño y ternura.

Con el paso de los años Sara se ha adaptado a vernos a las tres desde otra perspectiva familiar y entiende que el hecho de no vivir bajo el mismo techo o que su mami y papi ya no sean "novixs y amigxs", sino "hermanxs y amigxs", no afecta el amor y cuidado que nos tenemos como familia, en donde ella es el núcleo fundamental.

Hace un par de meses fui por ella a la escuela y su maestra me pidió unos minutos para decirme que estaba orgullosa de Sara porque es una niña madura, solidaria y maravillosa, ya que había confortado a una de sus compañeritas que estaba pasando por un mal momento.

Me contó que esa niña estaba muy triste debido a la separación de su papá y su mamá. Sara lo supo y por iniciativa propia se le acercó para decirle que su tristeza era normal, que todo iba a estar bien, que lo importante es que su papi y su mami siempre la van a querer, y que la mirara a ella que había pasado por lo mismo y era feliz.

Lloré cuando la maestra me lo contó y lloro cada vez que lo recuerdo porque me siento orgulloso, emocionado y satisfecho de saber que pese a los errores cometidos, no nos estamos equivocando en la forma en que estamos guiando a Sara en el camino y búsqueda de su propia identidad y humanidad.
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* Recomiendo ampliamente el artículo "Rupturas amorosas, separaciones cariñosas" de Coral Herrera Gómez. Accesible en http://haikita.blogspot.com/2014/10/rupturas-amorosas-separaciones-carinosas.html

5 comentarios:

  1. Tal como no hemos aprendido amarnos sin las dogmas del patriarcado, tampoco hemos tenido ejemplos de separaciones cariñosas. Para ello, requiere que las DOS personas tengan el interés y la madurez de dejar de lado su dolor para poner en el centro el de su hijx. No es fácil, y muchas veces se queda en discurso y no en acciones, y no se logra aunque así sea el deseo de un de las personas. Hay que reconocer que no siempre actuamos desde la racionalidad y que vamos de prueba y error, intentando. Pero si creo que necesitamos modelos de otras formas de ligar, amar y separar, en este mar de múltiples formatos de familias.

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    1. Gracias Gloria por aportar al debate sobre este tema pues como decís vos no es fácil pero es necesario encontrar otros modelos. Un abrazo.

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  2. Hace unos años cuando aprendí que se habían separado, estuvé apenado, triste, preocupado, y tal vez confundido. ¿Como puedan dos personas tan buenísimas no manejar mejor su relación y llegar a separarse, especialmente cuando tenían esta bebé tan querida? Sin duda todo esto en mi mente habla más de las reservaciones y limitaciones en mi propia imaginación y mi formación tradicional. Tal vez siempre buscamos lo ideal, lo tradicional, y tal vez lo que nos enseñaron (Iglesia, escuela, familia, sociedad) era lo más "normal". En la última visita mia tuvé más oportunidad verles, hasta tener un tiempo con Sara en un viaje a Zacate Grande. Conocí mejor esta niña feliz, muy contenta en sí misma, capaz de conectar con gente mayor y alguno mucho mayor! A la vez veo a su papá y mamá avanzando en sus propias vidas, y a la vez con una relación cordial y hasta cariñosa. Ya no me preocupo por Sara, con toda confianza que esta niña va madurando como ella misma lo ha expresado en las palabras tuyas. Y a la vez, más admiro con su papá y mamá con tan maduro pensamiento van avanzando también en lograr asegurar este ambiente no tradicional pero de toda manera familiar por todxs. A la vez, otra vez a este medio viejito hay momentos de crecer, de romper los bloqueos tradicionales y de aceptar la diversidad humana que es posible.

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    1. Gracias querido Felipe por esa muestra de transparencia y humanidad. Como bien lo decís, la diversidad humana es posible y es importante visibilizarlas y aceptarlas con normalidad. Un fuerte abrazo.

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    2. Querido Felipe, que alegría me da leerte, y sentir el cariño que tan bien sabes transmitir. Es curioso lo que dices, porque para mi eres ejemplo precisamente de hacer lo que el corazón te dice, lo que te hace feliz, sin pensar tanto en lo tradicional. Y creeme que te he recordado muchas veces por eso. Un abrazo grande grande

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