viernes, 22 de marzo de 2019

¡Feliz día del chocolate papi!


¡Gracias! -le dije- y le di un beso en la mejilla para despertarla.

Inmediatamente ella reaccionó abrazándome y diciéndome ¡feliz día del chocolate papi! y no pude evitar reírme ante la loca y cómica ocurrencia con la que Sara me felicitó el día del padre.

Y esa pequeña muestra de su hermosa cualidad de reírse de todo, aun estando media dormida, me reafirmó que tengo muchas razones para estar agradecido con ella y con esta paternidad que cada día me empuja a convertirme en una mejor persona y me desafía a buscar permanentemente mayores niveles de coherencia entre mi discurso de hombre igualitario y mi práctica cotidiana.

A lo largo de estos días no he dejado de pensar en todas aquellas cosas por las que esa mañana le dije gracias a Sara y de ratificar que su presencia me ha introducido en un interminable y complejo proceso de metamorfosis del hombre muy machista que antes fui, al hombre menos machista que ahora soy, pero con la vista puesta en el hombre igualitario que quiero ser en un futuro no tan lejano.

Desde entonces, han transcurrido 10 años de caminar hacia una paternidad igualitaria y gracias a la hermosa idea de mi nueva familia de Papás Blogueros de celebrar y "rescatar la alegría de ser papás", y "compartirla con la mayor cantidad de gente posible" en este mes de marzo*, aprovecho para compartir tres razones por las cuales le agradezco a Sara el regalo y el privilegio de ser padre, de ser su papi. 

Primero: Soy un hombre feliz y mucho más comprometido con los cambios socio-políticos para bien de los sectores más vulnerabilizados. A pesar de vivir en el país per cápita más peligroso del mundo para las personas defensoras de derechos humanos, la vida de Sara me llena de esperanza, de fuerza, de utopías y de alegría en medio de tanta miseria, muerte, machismo y desolación.

Desde que vinimos de España la mirada de mi hija  me ha dado el impulso necesario para acompañar y aprender de tantos hombres y mujeres valientes y admirables que trabajan incansablemente por una sociedad más justa y solidaria.

Hoy también comprendo que su radiante sonrisa es la poderosa razón que explica por qué me mantengo firme y optimista en esta lucha, pese a vivir en carne propia y ser testigo del sufrimiento que provocan las amenazas, el desplazamiento, el encarcelamiento y los asesinatos.

Gracias a Sara es que aún tengo energías para "seguir luchando por tener una mejor Honduras", como ella misma lo dijo hoy en el programa "América Libre" de Radio Progreso, al que mis amigos y compañeros Elvin Hernández e Ismael Moreno (Padre Melo) la invitan regularmente para analizar la realidad desde su madura mirada infantil.

Segundo: Soy un mejor hombre y cada día me esfuerzo más por relacionarme en un plano de igualdad con las mujeres y con las personas LGTBI. Sé que me falta muchísimo para alcanzar niveles aceptables de coherencia, pero los pasos que he dado son honestos y sin vuelta atrás; de hecho, me avergüenzo cuando se me salen por los poros los residuos machistas que todavía me habitan dentro y me aterra equivocarme en lo que digo y hago porque para mí significaría fallarle a mi hija que de alguna manera me ve como un referente.

En medio de mis incoherencias y desaciertos en la comunicación, intento permanentemente ser sincero y transparente con respecto a lo que puedo y me apetece dar, incluso cuando no sé lo que quiero, pero el norte que me sirve de guía es la horizontalidad, la cual estoy convencido debe sustentarse en el cuidado de las otras personas y el autocuidado.

Aunque admito que me falta un largo camino por recorrer para lograr abrirme y entregarme más alla del sexo ético y del amor sin adjetivos, también reconozco mi necesidad de quemar ordenadamente todas las etapas que se requieren para sanar las heridas acumuladas y de dialogar conmigo mismo sin prisas e, incluso, deteniéndome y volviendo a empezar.

Tercero: Soy un hombre más consciente, estudioso y preocupado por formarme y formar en género, feminismo y nuevas masculinidades. Esto me ha llevado a comprometerme a dar importantes pasos en tres niveles:

1. Me suscribo, leo y comparto blogs, artículos de revistas y libros sobre esos temas; además, tengo el privilegio de contar con compañeras que me acercan a ese tipo de lectura y me hacen regalos maravillosos como el que recientemente recibí de Helen Ocampo, quien me obsequió el libro "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria" de Silvia Federici.

2. Desde el año pasado preparé y comencé a ofrecer un taller sobre "Derechos humanos, nuevas masculinidades y heteropatriarcado", a través del cual cuestiono el sistema patriarcal desde la lógica de la dignidad humana, la igualdad y no discriminación, y la democracia, pues los hombres no podemos continuar engañándonos en el sentido de creer que podemos ser o aparentar ser demócratas en el espacio público cuando en el ámbito privado somo unos machos autoritarios y nos comportamos como dictadores.

3. El año pasado me sumé a la iniciativa "No sin mujeres", mediante la cual centenares de académicos españoles "nos comprometemos públicamente a no participar como ponentes en ningún evento académico (Conferencia, Congreso, Jornadas o similar) o mesa redonda de más de dos ponentes donde no haya al menos una mujer en calidad de experta".

Debo reconocer que en algunas ocasiones yo he optado estratégicamente por participar en determinados espacios que no cumplen a cabalidad con lo anterior, pero lo he hecho para aprovechar el altavoz y hacer el señalamiento frente a la audiencia antes de iniciar o finalizar mi conferencia, lo cual ha dado muy buenos resultados en cuanto a colocar en el debate público la invisibilización de las mujeres en el ámbito académico y a exhortar a quienes organizan los eventos de este tipo a corregir esta desigualdad en el futuro inmediato.

Finalmente, deseo compartir que este es mi primer día y mes del padre formando parte de un colectivo maravilloso, "Papás Blogueros", animado por Joaquim Montaner. Me siento orgulloso y feliz de pertenecer a dicho grupo, pues gracias a él estoy conociendo las experiencias de otros papás que, al igual que yo, intentamos "visibilizar las nuevas paternidades y las masculinidades cuidadoras".

Todavía guardo con ilusión el correo que recibí de Joaquim el día 4 de octubre de 2018 en el que me preguntaba: "¿Te apetece sumarte a papasblogueros?" y me contaba que la "idea fundamental que hay detrás es visibilizar otras maneras de ser hombre, fundamentalmente a través de las vivencias, emociones, sentimientos... que genera la paternidad en nosotros". Obviamente mi respuesta inmediata fue "sí".

No puedo terminar esta entrada sin agradecer y brindar mi reconocimiento a Joaquim, pues se ha dado a la tarea de recopilar páginas de hombres que escriben en español sobre paternidades (ya somos más de 200 papás de varios continentes) y tenemos un grupo en Facebook y un canal en Telegram en donde compartimos nuestras experiencias del milagro cotidiano de ser padres igualitarios. 

Carnaval de blogs #mespadre

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