viernes, 12 de mayo de 2017

El espejo de mi hija


Sí, como padre yo juego un papel fundamental en la formación de mi niña. A pesar de mis errores, mi objetivo es que ella vea en mí el parámetro de hombre que debe permitir a su lado, ya sea amigos, compañeros o parejas casuales o permanentes, en caso que se oriente a la heterosexualidad. 

Sin embargo, el mayor parámetro que tiene en su vida es otra mujer, su madre, un espejo en el que se puede mirar y sobre el que yo me siento seguro, satisfecho, afortunado y feliz porque definitivamente no podría tener un mejor ejemplo en su vida. 

¿Qué es lo que ha visto mi hija durante 8 años en el espejo que representa Yolanda como mujer? Sin ánimo de ser reduccionista comparto algunas de ellas.

Primero, solidaridad y humanidad. Yolanda es una de las personas más solidarias y con una inmensa calidad humana que es muy difícil encontrar en este mundo individualista e insolidario. Hace más de una década renunció a los privilegios que le brinda la vieja y rica Europa para entregarse por completo a este convulsionado rinconcito del mundo que es Centroamérica y Honduras.

Y a pesar de las inseguridades de todo tipo que enfrenta innecesariamente al vivir aquí, a quienes estamos cerca nos sigue animando y llenando de la esperanza terca de que algún día en nuestros países "la gente viva feliz aunque no tenga permiso", como dice Benedetti.

Indudablemente, la solidaridad que está germinando en mi hija se alimenta y riega diariamente con el hermoso ejemplo de la solidaridad y humanidad de su madre.

Segundo, humildad y pasión por lo que hace y por lo que se compromete. Quien la conoce sabe muy bien que es una de las mujeres más trabajadoras y comprometidas. Su trabajo por los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas no es un simple empleo, es su proyecto de vida al que se ha entregado en cuerpo y alma, a veces, incluso, a costa de su salud. 

Aunque es una de las personas que más sabe sobre la realidad migratoria en la región, mantiene una humilidad admirable que se refleja en compartir sus conocimientos sin condiciones y egoísmos, y realizar su trabajo en silencio, lejos de los focos y sin esperar recibir los elogios que son muy comunes en ciertos ambientes "académicos".

Sara es testiga orgullosa del enorme aporte que hace su madre para dignificar la migración y de su lucha para que ésta sea un derecho y una opción voluntaria, y no una obligación y una cuestión de vida o muerte.

Tercero, amor por la lectura. Yolanda es una devoradora de libros y siempre se ha preocupado de regalarle libros a nuestra hija. Sara ahora se ha convertido también en una lectora empedernida, lee en el baño, en la cama, en los viajes, caminando, lee en cualquier parte. En casa de su madre y en la mía hay libros por doquier, y Sara ya tiene una pequeña biblioteca personal que a veces disminuye porque su madre le ha enseñado a compartir los libros que ya ha leído. Aunque no es fácil, creo que hemos logrado un equilibrio entre el uso de la tecnología y la lectura tradicional de libros impresos con ese rico olor de sus páginas. 

Yo me siento orgulloso de verla a sus 8 años leyendo libros que van desde los clásicos como "¡Cómo el Grinch robó la navidad!" (60 páginas), pasando por libros de aventuras como "Los dos mundos de Zoé" (187 páginas), "El genial mundo de Tom Gates" (237 páginas) o "Diary of a Wimpy Kid" (217 páginas), hasta libros feministas como la colección "Otras princesas", particularmente el libro "Frida Kahlo" de Nadia Fink y Pitu Saá (26 páginas).

Obviamente, hay muchas otras cosas que mi hija ve en el espejo de su madre, pero hoy quise compartir solo estas tres porque me parece que están siendo fundamentales en su formación humana, política e intelectual.

Mis intentos de ser un buen padre igualitario no tendrían sentido ni hubieran alcanzado los pequeños logros con nuestra hija sí no fuera por el ejercicio de una maternidad igualitaria como la de Yolanda, que directa e indirectamente me sigue enseñando que además de la libertad y la autonomía, la solidaridad y la justicia son valores esenciales para que Sara continúe definiéndose y construyéndose como persona y como mujer.

6 comentarios:

  1. Sara es muy afortunada de tenerles a ambos en sus vidas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras querida Marcia.

      Eliminar
    2. Que lindo texto. Me imaginé a Sara con sus libros y a Yolanda y a ti amigo muy orgulloso de esa hermosa hija que tienen. Felicidades a Sara por esos hermosa madre y padre. Felicidades a los Tres Sara Yolanda y Joaquin

      Eliminar
    3. Muchas gracias querido Donny, un fuerte abrazo.

      Eliminar
  2. Inevitable leer y no llorar de orgullod por ser amigo de las tres como decis vos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sos nuestro amigo y nuestro hermano, gracias por tu apoyo con el cuidado de Sara en aquellos hermosos tiempos madrileños.

      Eliminar